
Por defecto, solemos poner el ojo en los demás y automáticamente "razonamos" si nos llevaremos bien con esa persona por su estética, hábitos y otras cosas. También por defecto solemos creer que nos llevamos bien con ciertas personas por que se comparten gustos y actividades.
Siempre he tenido este tipo de pensamiento, he auto descartado todo lo diferente a mi y no le he dado oportunidad a casi nadie para que se diese a conocer. También he puesto el ojo en otras personas dejándome guiar por las apariencias y gustos comunes, que luego sin embargo todo acabó mal. Es casi una hipocresía creada de forma inconsciente.
Todos somos humanos, y desde nuestra primera cachetada al nacer vamos buscando a lo largo de nuestra vida las formas de hallar la felicidad. Algunos se inspiran en sus hobbys, otros en sus trabajos, otros en el amor, etc. Y no obsesionamos tanto con la búsqueda exacta que cuando desistimos por el agotamiento acabamos tristes y decaídos. Nos vendamos nuestros ojos y olvidamos que sobre en telar oscuro de la noche no solo existe una estrella.
Tener un ideal predefinido de algo acaba transformándose en no tener nada, por tanto es mejor no tener ninguno y ser feliz con lo que llegue de forma natural, siendo así este tu "ideal predefinido".
Hay tanto que conocer en la vida como tantas cosas que debemos de perder, empezando por complicarse la vida de una forma tan material como ésta.
Mi caso es el de conocer a las personas por su espíritu y no por su forma, es decir, conocer a los demás sin cerrarse a hacerlo por lo que cause la primera impresión. Error que he de redimir, error que me quitaba lo que buscaba, ser feliz.
He ahí que digo una vez mas. Olvidate de exigir y acepta lo que venga a tus manos, no lo tires por su apariencia e investiga como es su mecanismo. Quizás dentro encuentres lo que a simple vista no supiste observar. Encuentra en ti el camino.
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