17 may 2011

Soulless, Capítulo Primero: "Amanecer Hambriento".

Y aquí tenéis al fin el primer capítulo de Soulless. Donde la historia empieza a dejarse entrever, espero que lance el gancho del misterio al lector. Que sea de su agrado y sobre todo, comente si le ha gustado. Gracias.
Escrito por Louis Louvier (White-Z


Episodio 1º:
Amanecer Hambriento”

Entre las paredes de una comisaría reposa adormecida sobre un enorme sillón de cuero una chica, que a juzgar por su uniforme y placa se trata del sheriff del pueblo. El reloj de pared marcaban las 9:00 de la mañana cuando hizo sonar un timbre. Casi sin inmutarse, la chica se incorpora en su asiento y mira por el gran ventanal de su despacho. El Sol había salido.

-Maldita sea...¿Cuánto tiempo llevo dormida? Ya va siendo hora de olvidarme de esas pastillas.- Dijo mientras miraba un bote de comprimidos sobre el escritorio. Se acercó a la percha y cogió su cazadora de Sheriff. Colocándose la funda del arma salió del aquél despacho. No terminó de bostezar cuando se percató de que algo extraño pasaba, la comisaría entera se hallaba en silencio.

Desenfundó su revólver, una Mágnum, y se acercó al inicio de las escaleras que bajaban a la planta principal. Con cuidado, bajó las escaleras sigilosamente mientras apuntaba a la espera de una amenaza. El recibidor estaba totalmente vació. Sin embargo faltaban las armas de las vitrinas de emergencia y se encontraban varios documentos esparcidos por el suelo. No tardó en ver que la entrada principal estaba bloqueada por muebles de oficina a modo de barricada. Algo había pasado mientras se encontraba durmiendo profundamente debido a la medicación. La razones se sumaban para extremar la precaución. Debía comprender que había sucedido.

Se acercó al pasillo lateral que llevaba hacia los aseos. Allí había otra salida para casos de emergencia, pero sin apenas sorprenderse pudo observar que también se encontraba sellada por un montón de sillas, mesas y archivadores.
Sólo tenia la opción de bajar por las escaleras al garaje y salir por la entrada de vehículos, pero antes necesitaba la llave. Así que dio media vuelta por el pasillo y se aproximó al cuarto de llaves.

Tras coger la llave correspondiente y varias para tomar un vehículo, bajó por las escaleras hacia el sótano. Al abrir la puerta que daba el acceso al garaje, una corriente de hedor a podredumbre y descomposición impactó en el olfato de la Sheriff. Tapó su nariz con su camisa y avanzó a oscuras hasta llegar al interruptor general de luces. Ahora debía abrir la puerta del garaje.

Se dirigió a la cabina de control para abrir la puerta de vehículos. Pero cada vez que se acercaba mas a la entrada de la cabina mas aumentaban las nauseas y el olor a carne podrida. Sin embargo no tenía opción mas que entrar y abrir la salida del garaje cuanto antes. Se colocó tras la puerta y se preparó para abrirla. Tomó el pomo y lo hizo girar mientras apuntaba al interior de la cabina.

Allá en el fondo parecía distinguirse la silueta de una persona sobre la silla de mandos. Debido a la oscuridad de la sala y la posición encorvada de la figura no podía distinguirse bien de que se trataba, así que encendió la luz.
Sobre el asiento había un policía de mediana edad con la cabeza agachada y el uniforme lleno de manchas de lo que parecía ser sangre. Era Joe Starend, el encargado de la cabina de control. Parecía inconsciente, así que se acercó a comprobar su estado.

Tras tomar el pulso, aunque débiles, pudo notar que aun conservaba sus latentes vitales. Lo reincorporó en el asiento y lo llamó por su nombre para despertarlo: - ¡Joe, Joe! ¿Te encuentras bien?.- El hombre parecía reanimarse lentamente mientras agitaba su cabeza de forma extraña. - ¡Vamos Joe, estás a salvo! Cuéntame que ha pasado.- Le dijo mientras lo tomaba por los hombros. En escasos segundos, Joe levantó su cabeza velozmente y agarró violentamente la chaqueta de la Sheriff. Sus ojos no tenían color en sus pupilas y su boca derramaba sangre a chorros mientras que un siniestro gruñido emanaba del interior de su garganta.

Casi por instinto, empujó a Joe y lo apartó de sí mientras le apuntaba con su pistola. - ¡¿Pero qué haces, estás enfermo?!¡Contesta!- Le gritó mientras retrocedía hasta el botón de mandos que abría la compuerta del garaje.
Joe se levantó y se acercó nuevamente en un intento por atraparla de nuevo con sus manos al tiempo que gruñía ferozmente.
La Sheriff le disparó en una pierna y pulsó el botón. - Estás mal... será mejor que te deje aquí encerrado. Pero volveré, te lo prometo.- Dijo mientras cerraba la puerta y se aproximó al coche patrulla mas cercano.

Arrancó el motor y salió por la puerta lentamente. Tuvo tiempo para observar como la aldea que conocía hasta ahora se había transformado en una población fantasma. Lo único que adornaban las calles eran el caos junto con los cadáveres y rastros de sangre en el suelo. Parece que se había perdido mucho tiempo en aquellas dulces horas de sueño.

Mas que un sentimiento de miedo, le inundaba la sensación de vacío en su estómago. Debía tomar fuerzas cuanto antes...


3 comentarios:

migue metal dijo...

impresionante, a ver como nos sorprendes

Rafafenty dijo...

DIOOOS como me gusta :D

Takei dijo...

Tienes talento chaval