2 sept 2011

El Reencuentro; viejos placeres nunca mueren.

Son en esos reversos de la vida que te hacen pensar en las épocas por las que has pasado hasta tu punto actual los que si observas y recapacitas bien puedes encontrar una nueva revelación, una visión hacia el pasado para darle sentido a un presente confuso. La búsqueda del YO empieza y acaba cuando concluye tu necesidad de búsqueda, porque si siempre buscas es porque siempre necesitas respuesta. Por tanto, si descartas nuevas opciones y eliges tu prioridad estarás completo.




Como una roca que se desgasta y pulveriza, a cada ruedo por la colina pierde fragmentos nuevos. Trozos de su esencia que se quedan esparcidas a su paso y dan a la nueva materia que allá se cree con el tiempo, así es la vida de un ser humano. Pasa el tiempo evolucionando y buscando nuevas razones para evolucionar, ya sea en cuerpo o alma. Sin embargo el pasar del tiempo no solo deja fragmentos y nos hace adquirir nuevas piezas, ademas nos crea necesidades y añoranzas. Un espíritu se forja con la experiencia, siempre en constante aspiración, pero también va dejando viejas formas para dejar lugar a las nuevas.

Supongo que será esa la razón por la que muchas veces nos sentimos incompletos, y como respuesta a ese vacío buscamos nuevas experiencias. Pero las lagunas existen, y en ellas no solo hay que pasar por encima sobre la barca, también se tiene que mirar en las profundidades de sus recuerdos para encontrarnos con antiguas partes de nuestro ser.


Caminar hacia el hallazgo de uno mismo es como mirarnos en el espejo, nos buscamos en aquel reflejo que aunque nos muestra lo que somos siempre nos sentimos incompletos. Por eso creo que la solución quizás no sea buscar mas allá de lo que vemos, sino mirar bien donde estamos y hacer buen uso de lo que tenemos.
No se debería tomar el pasado como un olvido, yo lo veo mas bien como un baúl de juguetes llenos de polvo. Polvo que se puede limpiar y hacer relucir de nuevo, todo tiene su uso y su meta.

Sentirse falto de algo es mayormente un error, pues la mayoría de las veces nos llama el capricho y no el instinto. La avaricia es la que rompe el saco, la avaricia es la que rompe al humano.
Porque la felicidad reside en el bienestar de lo que no tenemos, pero el bienestar es algo que muchas veces tenemos e ignoramos su débil presencia. Así es que no creo en mirar hacia el pico de la montaña mas alta, siempre habrá picos y objetivos mas altos y acabarás por desearlo. Lo mejor es tener claro que es lo que no quieres en vez de lo que quieres, así te sentirás satisfecho y no necesitado. Busca en ti, busca en el pasado y sobre todo... busca en los viejos placeres.

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